Nuestras voces
Rocío
La plata está viva para mí. Más allá de ser un material, empodera las manos que la trabajan y se vuelve parte de ti.
Una vez que empiezas a usarla, es imposible quitártela. Captura la luz y retiene la energía de los momentos de los que forma parte.
Me gustaría poder enviar cada pieza con los sonidos del taller, el ruido de las herramientas y la sensación de orgullo que sentimos al crearla.
Cada pieza se elabora con tanto cariño, como un pequeño acto de amor. Llevarla es como contar una historia—una historia de creatividad, trabajo y orgullo por lo que hacemos.
Jorge
Simuero se trata de experimentación—explorar las posibilidades infinitas del metal y encontrar nuevas formas de conectar con los demás.
En un mundo dominado por la producción en masa, la artesanía me devuelve a la felicidad de crear con mis manos, de valorar el proceso por encima del resultado.
El metal está vivo. Se dobla, se rompe, se derrite y se transforma en algo nuevo—un ciclo interminable de creación.
Cada pieza que hacemos es como un descubrimiento arqueológico, con texturas, imperfecciones y materiales que narran su propia historia.
Para mí, llevar joyas se ha vuelto algo hipnótico—se trata del peso, el volumen y el juego de combinaciones que se realzan mutuamente.